MOSAICO BIZANTINO

 

Mosaico Bizantino

Mariajosé Madalengoitia Martínez

Cuando la ciudad de Bizancio se convirtió en la nueva capital del Imperio Romano, Constantino favoreció el trabajo de los artistas griegos y romanos con la exención de impuestos por lo que muchos de ellos trasladaron sus talleres a esta ciudad. Fue aquí donde el mosaico evolucionó al unirse con una tradición artística oriental y adquirió nuevas características siendo una de las más relevantes el uso de grandes cantidades de oro surgiendo el Mosaico Bizantino.

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El Mosaico bizantino es la continuación del mosaico romano en la época de Constantino cuando trasladó la corte a Bizancio en el siglo IV, Durante el siglo V tuvo una evolución muy considerable llegando a su máxima grandiosidad. “El mosaico bizantino tiene sus características propias, son figurativos y la mayoría divulgan la figura imperial y su religión que es el cristianismo, siendo una continuación del mosaico paleocristiano.” (El mosaico bizantino. (s/f)).

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Al igual que en este estilo artístico, se usaba para la decoración de paredes, y no de suelos como era habitual en el mundo romano. Fue el vehículo idóneo para transmitir el mensaje religioso de esta cultura y, a la vez un instrumento de propaganda del poder imperial, con lo que refleja fielmente el espíritu cesaropapista que caracteriza el arte bizantino.

La ciudad de Rávena fue la sede de esta evolución. En ella se dio el gran esplendor de los mosaicos bizantinos. “Después y a partir de la IV Cruzada, Venecia asumió el protagonismo y se hizo cargo de los artistas bizantinos, griegos y romanos que recuperaron toda la tradición musiva hasta su declive en el siglo XVI en que los mosaicos fueron sustituidos por el arte de la pintura.” ( Principales características del arte bizantino. (2021, enero 11)).

La tendencia general del estilo se basa en la idealización de las representaciones, lo que las vincula a un sentimiento religioso profundamente espiritual que hace que no haya que materializar las formas, sino darles precisamente sensación de irrealidad. Por ello las composiciones son frontales, con figuras que permanecen aisladas entre sí, con repetición de esquemas, disposiciones rígidas, sin expresar sentimientos ni emociones, hieráticas, que se reiteran monótonamente entre elementos decorativos o de paisajes.

“En la iglesia de San Vital de Rávena, en el ábside nos encontramos con los mosaicos más destacados del estilo, en los que aparecen, el retrato de la emperatriz Teodora con su séquito y el del emperador Justiniano con el suyo”. (Mosaico y pintura bizantina, antes de a la crisis iconoclasta. (s/f)). La propia localización de los mosaicos, en el ábside, justo debajo de la bóveda en la que se representa a Cristo sobre la bóveda celeste, es un claro indicativo de la jerarquización del espacio del mundo bizantino, en el que se pretende dejar claro en todo momento el poder religioso y político de los mandatarios.

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En el retrato de Justiniano, aparece acompañado de Maximino, el arzobispo de Rávena, que actúa como una especie de virrey en la misma, y de otra serie de personalidades de su séquito, portando todos ellos en procesión una serie de ofrendas de plata.” (Anónimo, Pantocrátor. Mosaico bizantino, 1261. (2014, febrero 8)). En toda la composición nos encontramos con convencionalismos tales como isocefalia, total frontalidad, impenetrabilidad en los rostros, hieratismo, ausencia de movimiento, “horror vacui”, colores planos, perspectiva divergente y jerarquización de tamaño, ya que el emperador se muestra con un canon superior a los demás, como símbolo de su poder, y de que está más cerca de Dios.

Se trata así de desmaterializar las imágenes, intentando representar lo sagrado. Pese a ello hay un notable esfuerzo en la representación de las cabezas-retrato, sobre todo en los casos del emperador y el obispo (pese a que Justiniano se representa más joven de lo que era en realidad), y en el interés por destacar rodos los elementos de lujo, del oro, la plata, los vidrios dorados, los trajes, etc. En la representación de la emperatriz se repiten los mismos convencionalismos y características.

Los temas principales que se desarrollaron como mosaicos no fueron solamente religiosos, sino incluso políticos, con varios que representan al emperador, considerando que el mayor desarrollo de éste se dio durante el reinado del emperador Justiniano, en la llamada Edad de Oro.

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La característica fundamental de estos mosaicos era el uso del color y la luz, cuyas funciones eran simbólicas. Para la ejecución de los mosaicos se mezclaban vidrios de colores con piedras, lo que ayudaba a generar mayor luminosidad. Generalmente se ubicaban en los interiores de las iglesias, así como en muros.

El simbolismo generado en estos mosaicos era fundamentado por la ubicación de los personajes en él. Los que se representaban en el inferior del mosaico eran terrestres, mientras que, si se ubicaban en el centro, representaban la transición, pero los que estaban arriba, representaban superioridad, estando, simbólicamente, más cerca del cielo.

En Italia es donde más se conservan muestras del mosaico eclesiástico de los siglos VI y VII. Uno de los ejemplares más importantes es la decoración de la iglesia San Vital de Ravena, donde destacan el mosaico absidal y las representaciones pictóricas de Justiniano y Teodora.

La escena central está presidida por Cristo Pantocrátor, vestido de púrpura (color representativo del sufrimiento que padeció en la cruz), en su mano izquierda lleva el rollo de la Torá, que simboliza el cumplimiento de la tradición judía en Cristo. En su mano derecha lleva una corona que pasa a San Vital, quien lleva su nombre escrito en la parte superior al igual que Eclessio.

El obispo que mandó a edificar esta iglesia y que a su vez lleva en su mano una maqueta de la misma. A sus lados se sitúan dos arcángeles que los animan. Bajo cristo se pueden ver cuatro ríos que representan el paraíso. Las escenas presentan cierto naturalismo, son esquemáticas y de símbolos simplificados (hieráticas).

Los personajes están plasmados de forma plana, lo que acentúa mucho más el interés simbólico de la obra: la unión entre el poder eclesiástico y civil que se unen en el emperador.

“La última gran obra de mosaico bizantino fue creada para Santa Sofía en Constantinopla en el medio del siglo XVI. El gran arco al este de la catedral se derrumbó en 1346, llevándose consigo un tercio de la cúpula.” (Wikipedia contributors. (s/f)). No solo en el espacio de diez años se restauró la imponente imagen del Pantocrátor, sino que se agregaron nuevos mosaicos que representan a Theotokos, Juan Bautista y el Emperador Juan V Paleólogo (restaurado en 1989).

BIBLIOGRAFIA

El mosaico bizantino. (s/f). Laguia2000.com. Recuperado el 3 de mayo de 2022, de https://arte.laguia2000.com/general/el-mosaico-bizantino.

Mosaico y pintura bizantina, antes de a la crisis iconoclasta. (s/f). Com.pe. Recuperado el 3 de mayo de 2022, de https://www.todocuadros.com.pe/estilos-arte/bizantino/.

Principales características del arte bizantino. (2021, enero 11). Red Historia. https://redhistoria.com/caracteristicas-del-arte-bizantino/

Anónimo, Pantocrátor. Mosaico bizantino, 1261. (2014, febrero 8). Departamento de Educación. https://educacion.ufm.edu/anomimo-pantocrator-mosaico-bizantino-1261/

Wikipedia contributors. (s/f). Mosaico bizantino. Wikipedia, The Free Encyclopedia. https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Mosaico_bizantino&oldid=142334355

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